Castillo de cartas

Así como quien

comienza a apilar cartas en forma de carpa

para ver hasta dónde puede llegar

y va eligiendo cuándo agregar

más o menos estructura a cada costado

para aprender cuánta base es necesaria,

cuántos niveles quiere sumar

y se entusiasma con cada pared que levanta,

y respira y se deja emocionar.

Así es como tengo ganas

de empezar a construir un amor.

Uno que tenga la forma que podamos,

que queramos.

Uno que exista porque intentarlo es divertido

y nos desafíe porque habitarlo tiene sentido.

Uno que empiece por las bases hasta que

nos seduzca poner niveles.

Uno que aún sabiendo que puede caerse

nos dé la calma de confiar en su camino.

Así como quien construye castillos de cartas

quiero tener tiempo y compañía

para construir un amor

despacito, con paciencia,

y a medida.

Anterior
Anterior

estética

Siguiente
Siguiente

Algoritmos